El bebé regurgita un poco de leche y usted observa que está teñida de rojo. Se extrae un poco de leche del último pecho que mamó el pequeño y sale sangre con la leche.

QUÉ PASA

La presencia de sangre en la leche puede llegar a ella de diferentes sitios y rara vez representa un problema.

La sangre puede no salir con la leche. A veces se abre una grieta en el pezón lastimado y sangra cuando el bebé toma el pecho; si se cura el pezón se detendrá el sangrado.

Imagine que de una canilla vieja y oxidada sale agua anaranjada cuando se abre por primera vez. Esta imagen dio el nombre al “síndrome de tuberías oxidadas” que se observa a menudo en madres primerizas cuyas mamas y conductos galactóforos se han desarrollado rápidamente durante el embarazo. A medida que los conductos se llenan de leche, la expansión puede llegar a provocar un pequeño sangrado inofensivo que cesa en cuestión de pocos días.

Un moretón, un bebé que muerde o cierra la mandíbula, un sacaleches demasiado potente u otros daños leves en el pecho pueden provocar el sangrado temporal.

Una madre estaba bajando una caja pesada de un estante cuando se le resbaló de las manos y la esquina le golpeó el pecho. Ese mismo día su hijo de tres años le dijo que la leche sabía raro, y efectivamente, cuando se extrajo leche de forma manual, observó un poco de sangre. Este leve sangrado de los conductos puede durar varios días.

A veces se forman unas pequeñas tumoraciones en los conductos mamarios, los papilomas, que pueden sangrar en la leche. Puede que la mujer tenga un papiloma más grande y lo note en forma de bulto, o puede que tenga unos cuantos pequeños que no se noten. Son más comunes en mujeres a partir de los treinta y cinco años.

QUÉ HACER

En la mayoría de los casos no hace falta hacer nada. La leche es buena. Al bebé seguramente no le molestará la sangre en la leche (aunque en grandes cantidades podría provocarle un inofensivo dolor de barriga), y desaparecerá por sí sola. Muy rara vez el sangrado de los pezones puede indicar un problema más grave. Si bien es improbable, si no es capaz de identificar la causa y el sangrado persiste durante una semana o más, o va reapareciendo, consulte a su médico. No es necesario que destete al bebé mientras le realizan pruebas para determinar la causa del sangrado.

fuente: El Arte Femenino de Amamantar, LLL Int´l, 2017