Se ha demostrado que la lactancia materna óptima y continua reduce el riesgo de morbilidad y mortalidad infantil (Sankar et al., 2015 ) y también se asocia con un riesgo reducido de obesidad infantil (Yan et al., 2014 ).

Pero, ¿a qué llamamos lactancia materna óptima? Al inicio de la lactancia materna lo antes posible después del nacimiento, idealmente durante las dos primeras horas de vida, continuando la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses; y a partir de ahí, hasta los dos años o más, incorporando una alimentación complementaria segura.

La lactancia materna óptima de los lactantes menores de dos años de edad tiene más repercusiones potenciales sobre la supervivencia de los niños que cualquier otra intervención preventiva.

Según los resultados de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud, realizada en Argentina en 2010 y en 2019, el inicio de la lactancia materna en los primeros momentos de vida es muy frecuente, ocurre hasta en el 95% de los nacimientos, pero por diversas razones este porcentaje cae abruptamente en los primeros meses: “me quedé sin leche”, “nunca pudo prenderse al pecho” son los motivos que más mencionan las madres al ser encuestadas. Son estos datos los que nos hacen confirmar la importancia fundamental de la información y el apoyo oportuno en la lactancia, sobre todo, en esos primeros días. Tanto para lograr un buen agarre como para saber cómo se produce la leche, y todas las dudas que pueden traer dificultades para establecer la lactancia, el sostén y aliento a la nueva madre son valiosos y determinantes.

Los riesgos de la alimentación artificial

Tener información sobre los riesgos potenciales del uso de fórmula es importante y necesario al momento de evaluar cómo alimentar a los bebés.

En un estudio reciente, realizado en Indonesia, sobre “las leches de continuación o crecimiento”, se revela un dato realmente alarmante: estos formulados para lactantes tienen un contenido medio de azúcar total de 7,3 g por 100 ml, similar a los niveles de contenido de azúcar en las bebidas endulzadas.

En nuestro país, se encuentran a disposición de las familias consumidoras varios tipos de fórmulas para lactantes:
Las conocidas como fórmulas de inicio (destinadas a satisfacer las necesidades nutricionales de los lactantes durante los primeros meses de vida hasta la introducción de la alimentación complementaria apropiada), las fórmulas de continuación (destinadas a satisfacer parcialmente las necesidades nutricionales de los lactantes desde la introducción de la alimentación complementaria hasta los 12 meses de vida cuando no es posible la lactancia materna o cuando ésta es parcial). Están formuladas bajo las recomendaciones del Codex Alimentarius, y a su vez, en nuestro país están incorporadas al Código Alimentario Argentino, respondiendo a sus exigencias. Además, están las que se denominan leches de crecimiento, que se destinan para lactantes de hasta 36 meses. En muchos países, no existen recomendaciones exclusivas para la formulación de estas leches, ni tampoco una legislación específica, por lo que la industria alimentaria se debe ajustar a las recomendaciones existentes para las fórmulas de continuación y a los estudios sobre nuevos factores nutricionales que se van realizando, a partir de los cuales se desprenden recomendaciones generales.

Estas fórmulas, como tales, son productos ultraprocesados, mientras que la leche materna es un complejo fluido nutricional vivo que contiene anticuerpos, enzimas, ácidos grasos de cadena larga, hormonas y se adapta a los requerimientos del bebé, cambiando su composición durante la toma, el momento del día y/o las diferentes etapas de crecimiento; los preparados para lactantes son productos listos para el consumo. En la mayoría de los casos con base en leche de vaca y agregados que los hacen nutricionalmente aptos, pero también otros aditivos como espesantes y emulsionantes.

En el caso de las “leches de crecimiento”, son utilizadas como sustituto de la leche materna en niños pequeños, las mismas dicen ofrecer grandes beneficios nutricionales para esta etapa, sin embargo, la Asamblea Mundial de la Salud ha definido a estas leches como innecesarias para un crecimiento y desarrollo adecuados. Y, recientemente, la Academia Estadounidense de Pediatría manifestó que estos productos no se recomiendan para los niños pequeños debido al uso común de endulzantes.

Un punto que está siendo analizado en algunos estudios científicos, es la cantidad de azúcar agregada. Decimos “algunos estudios científicos” porque son realmente pocas las investigaciones al respecto. Los riesgos de comenzar la vida consumiendo altas cantidades de azúcar, están a la vista de nuestra sociedad, pero poco se habla de que el comienzo de este problema puede estar en el consumo de estos productos ultraprocesados para lactantes, previo a que el infante comience a consumir bebidas azucaradas. Más información: Especialistas del CONICET opinan acerca del consumo de azúcar

¡La lactancia materna es un complejo fluido nutricional vivo, que salva más vidas que cualquier otra intervención preventiva!

Los invitamos profundizar esta información en los siguientes enlaces:

«Lactancia Materna: Consecuencias sobre la supervivencia infantil y la situación mundial» UNICEF

Sugar content and nutrient content claims of growing-up milks in Indonesia Pries et al.

Encuesta Nacional de Nutrición y Salud Ministerio de Salud, 2019

Lactancia artificial Dalmau Serra et al, 2015

Departamento de Enlace Profesional de Liga de La Leche Argentina