Se ha demostrado que la lactancia materna óptima y continua, reduce más de 14 veces el riesgo de morbilidad y mortalidad infantil1, además de asociarse con, por ejemplo, un riesgo reducido de obesidad infantil2. Cuanto mejor sea la práctica de la lactancia materna, mayor será la protección. Incluso una lactancia materna parcial tiene un efecto protector modesto en comparación con la ausencia total de lactancia materna.
Pero, ¿a qué llamamos lactancia materna óptima? Al inicio de la lactancia materna durante las dos primeras horas de vida, lo que se continúa con una lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses, momento en el que comienza la incorporación de alimentos complementarios apropiados, y que se puede extender más allá de los 2 años de vida del bebé.
La lactancia materna óptima de los lactantes menores de dos años tiene más repercusiones potenciales sobre la supervivencia de los niños que cualquier otra intervención preventiva.
Según los resultados de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud, realizada en Argentina en 2010 y en 20193, el inicio de la lactancia materna en los primeros momentos de vida es muy frecuente, ocurre hasta alrededor del 95% de los nacimientos, pero este porcentaje cae abruptamente hasta alrededor de la mitad. Las principales razones del abandono de la LM en los bebés menores de 23 meses son: “me quedé sin leche”, “nunca pudo prenderse al pecho”, “el/la niño/a dejó solo/a” y “el/la niño/a se quedaba con hambre”. Son estos datos los que nos hacen confirmar la importancia fundamental de la información y el apoyo oportuno en la lactancia, sobre todo, en los primeros días. Tanto para lograr un buen agarre como para saber cómo se produce la leche, y todas las dudas que pueden traer dificultades para establecer la lactancia. El sostén y aliento a la nueva madre son valiosos y determinantes.
Los riesgos de la alimentación artificial
Tener información sobre los riesgos potenciales del uso de fórmula comercial infantil es importante y necesario al momento de evaluar cómo alimentar a los bebés.
En un estudio exploratorio transnacional4 para describir el etiquetado y la composición nutricional de una muestra de 253 productos de fórmula infantil disponibles en 11 países, dirigidos a bebés menores de 3 años de edad, se encontró que “a nivel mundial, los productos de fórmula infantil tienen un mayor contenido de carbohidratos, azúcar y lactosa que la leche materna. El etiquetado no es claro y no es uniforme en las distintas marcas y países”.
Entre los hallazgos de esta investigación y otra similar realizada en Indonesia5 se encuentra el hecho de que algunas fórmulas infantiles contienen el doble de azúcar por ración que un vaso de refresco. La leche materna es un líquido vivo, variable, que se adapta a las necesidades del bebé, abundante en nutrientes y de sabor dulce, por su contenido adecuado de lactosa. En contraste, las fórmulas comerciales infantiles tienen un contenido estandarizados de ingredientes y azúcares añadidos, como jarabe de maíz.
El contenido promedio de las fórmulas infantiles comerciales fue de 5g/100ml, pero podía llegar hasta 7,5 g/100ml. Este contenido tuvo grandes variaciones dependiendo del país, e incluso dentro del mismos país ((3.3–8.7 g/100 ml en Reino Unido). Lo que expone a los lactantes a un mayor riesgo de padecer obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades dentales.
En nuestro país, se encuentran a disposición de las familias consumidoras varios tipos de fórmulas para lactantes: Las conocidas como fórmulas de inicio (destinadas a satisfacer las necesidades nutricionales de los lactantes durante los primeros meses de vida hasta la introducción de la alimentación complementaria apropiada), las fórmulas de continuación (destinadas a satisfacer parcialmente las necesidades nutricionales de los lactantes desde la introducción de la alimentación complementaria hasta los 12 meses de vida cuando no es posible la lactancia materna o cuando ésta es parcial). Están formuladas bajo las recomendaciones del Codex Alimentarius, y a su vez, en nuestro país están incorporadas al Código Alimentario Argentino, respondiendo a sus exigencias. Además, están las que se denominan leches de crecimiento, que se destinan para lactantes de hasta 36 meses.
Estas fórmulas, son productos ultraprocesados, mientras que la leche materna es un complejo fluido nutricional vivo que contiene anticuerpos, enzimas, ácidos grasos de cadena larga, hormonas y se adapta a los requerimientos del bebé, cambiando su composición durante la toma, el momento del día y/o las diferentes etapas de crecimiento; las fórmulas comerciales infantiles son productos listos para el consumo. En la mayoría de los casos con base en leche de vaca y agregados que los hacen nutricionalmente aptos, pero también otros aditivos como espesantes y emulsionantes.
En el caso de las “leches de crecimiento”, son utilizadas como sustituto de la leche materna en niños pequeños, las mismas dicen ofrecer grandes beneficios nutricionales para esta etapa, sin embargo, la Asamblea Mundial de la Salud ha definido a estas leches como innecesarias para un crecimiento y desarrollo adecuados. Y, recientemente, la Academia Estadounidense de Pediatría manifestó que estos productos no se recomiendan para los niños pequeños debido al uso común de endulzantes6.
En definitiva, la lactancia materna es un complejo fluido nutricional vivo, que salva más vidas que cualquier otra intervención preventiva.
Bibliografía
1. Sankar MJ, Sinha B, Chowdhury R, Bhandari N, Taneja S, Martines J, Bahl R. Optimal breastfeeding practices and infant and child mortality: a systematic review and meta-analysis. Acta Paediatr. 2015 Dec; 104(467):3-13. doi: 10.1111/apa.13147. PMID: 26249674.
2. Yan, J., Liu, L., Zhu, Y. et al. La asociación entre la lactancia materna y la obesidad infantil: un metaanálisis. BMC Public Health 14 , 1267 (2014). https://doi.org/10.1186/1471-2458-14-1267
3. Ministerio de Salud de la Nación. Encuesta Nacional de Nutrición y Salud 2 (ENNyS2), 2019.
Disponible en: https://fagran.org.ar/wp-content/uploads/2020/01/Encuesta-nacional-de-nutricion-y-salud.pdf
4. Bridge, G., Lomazzi, M. & Bedi, R. A cross-country exploratory study to investigate the labelling, energy, carbohydrate and sugar content of formula milk products marketed for infants. Br Dent J 228, 198–212 (2020). https://doi.org/10.1038/s41415-020-1252-0
5. Pries AM, Mulder A, Badham J, Sweet L, Yuen K, Zehner E. Sugar content and nutrient content claims of growing-up milks in Indonesia. Matern Child Nutr. 2021 Oct;17(4):e13186. doi: 10.1111/mcn.13186. Epub 2021 Apr 8. PMID: 33830660; PMCID: PMC8476439.
6. George J. Fuchs, Steven A. Abrams, A. Adjowa Amevor, COMMITTEE ON NUTRITION; Older Infant-Young Child “Formulas”. Pediatrics November 2023; 152 (5): e2023064050. 10.1542/peds.2023-064050
Departamento de Enlace Profesional de Liga de La Leche Argentina