Amamantar es reconfortante también para los niños con TEA y facilita los vínculos afectivos entre padres e hijos, tan importante en todas las familias.
La lactancia materna suele presentarse como un desafío único para los padres de niños pequeños que presentan síntomas de TEA. Los beneficios son muchos, tanto sobre la alimentación en sí con leche materna, como en el vínculo por la relación de lactancia. La escasez de estudios científicos sobre este tema hace que aún no todos los beneficios se comprendan claramente.
El autismo es una condición que afecta el desarrollo de niños pequeños en las áreas de la comunicación, la interacción social y la conducta. Los síntomas pueden ser evidentes antes de los 18 meses. La presencia de signos de alarma no indica que ese niño tiene autismo, sino que está necesitando una orientación en su desarrollo.
Muchos niños con TEA muestran diferencias en el desarrollo cuando son bebés –especialmente relacionados con sus habilidades sociales y del lenguaje. Debido a que por lo general se sientan, gatean y caminan a tiempo, con frecuencia algunas diferencias obvias en el desarrollo de los gestos, juegos de simulación, el lenguaje y las destrezas sociales pasan desapercibidas.1
Es difícil que una madre con un hijo con TEA pueda recibir a tiempo apoyo e información específica sobre lactancia en esta situación especial, ya que probablemente su hijo no sea diagnosticado hasta los 3 o 4 años de edad. Son familias que sienten una gran necesidad de recibir apoyo e información, ya que la lactancia materna suele verse afectada, los comienzos presentan dificultades que no son comprendidas hasta que llega el diagnóstico.
Todos podemos colaborar con la detección temprana y la orientación familiar oportuna. La difusión de los signos precoces en la comunidad también puede ayudar. Sin alarmarse, podemos ser cuidadosos y observar si el bebé:
. No expresa alegría a partir de los 6 meses.
. No comparte sonidos, sonrisas y otras expresiones faciales de manera reiterada a partir de los 9 meses.
. Aún no balbucea a los 12 meses.
. No hace gestos como señalar, mostrar, alcanzar o saludar con la mano a los 12 meses.
. No dice ninguna palabra a los 16 meses.
. No formula frases de dos palabras con intención comunicativa (sin imitar o repetir) a los 24 meses.
. Presenta cualquier pérdida del habla, balbuceo o habilidades sociales a cualquier edad.
Si bien aún no contamos con estadísticas nacionales, se estima que la prevalencia es del 1%, es cinco veces más frecuente en varones que en niñas y aparece por igual en todas las clases sociales, culturas y origen étnico. En general las manifestaciones clínicas son tempranas y van haciéndose evidentes a medida que el niño se desarrolla2.
“Es importante saber que las personas se refieren al autismo de diferentes maneras. Los médicos y las escuelas usan el término trastorno del espectro autista (TEA), o una persona con autismo. Las personas que lo tienen pueden llamarse a sí mismas autistas. En lugar de llamar al autismo trastorno, algunos aceptan el concepto de neurodiversidad y lo llaman una variación neurológica. Este concepto dice que las condiciones como el autismo no son patologías, sino parte de las diferencias entre humanos”. 3
Recursos:
1. adaptado de: «Autism Spectrum Disorders: What Every Parent Needs to Know» (American Academy of Pediatrics 2012).
2. Sociedad Argentina de Pediatría, Día Mundial de Concientización sobre el Autismo
3. ¿Qué es el autismo? (Understood.org)
– Departamento de Enlace Profesional de Liga de La Leche Argentina –