En un mundo contaminado, las madres, los padres, personas cuidadoras y profesionales de la salud tienen motivos para preocuparse por todos los problemas relacionados con la alimentación de recién nacidos y lactantes.
Las repetidas alarmas en los sistemas de seguridad alimentaria infantil y la presencia de sustancias tóxicas y residuos químicos pueden tener efectos perjudiciales para la salud de los niños y niñas.
La lactancia materna ofrece efectos positivos, numerosos e irreemplazables para la salud de la madre y su hijo/a, ventajas económicas para las familias, comunidades, sociedades y sistemas de salud, y ventajas ecológicas para el medio ambiente.
Es importante que las mujeres embarazadas y que amamantan estén informadas sobre los problemas causados por los contaminantes químicos en sus fluidos corporales.
Compartimos la declaración de IBFAN (Int’l Baby Food Action Network) sobre la «Alimentación de Lactantes, Niñas y Niños Pequeños – y los Contaminantes Químicos», que proporciona información basada en la evidencia científica.
En este articulo podemos leer sobre las ventajas que brinda la leche materna en este contexto, ya que contiene agentes de protección y ayuda a fortalecer y desarrollar el sistema inmune del niño, mitigando o contrarrestando los efectos de la exposición a sustancias químicas en el vientre materno. En cambio la alimentación con fórmulas infantiles industriales no ofrece ninguna protección y agrega más factores contaminantes para el niño y para el medio ambiente.