Cuando la alimentación es a libre demanda se permite que el niño tome todo el tiempo que desee del primer pecho, así estará recibiendo la leche con más contenido graso que encuentra al avanzar la toma.
Es importante esperar a que él solo suelte satisfecho el primer pecho antes de ofrecer el otro, algunas veces lo querrá, otras no.
Teniendo en cuenta que:
– La leche del comienzo satisface al niño inicialmente, es alta en volumen, baja en grasa y en calorías.
– La leche que encuentra “al avanzar la toma”, va aumentando gradualmente su contenido en grasa y calorías. Hacia el final de la toma, la leche es rica en grasas, alta en calorías y baja en volumen. La leche final se parece a un rico postre cremoso. Ésta es la leche que ayuda al aumento de peso y hace que el bebé se sienta satisfecho.
Los estudios muestran que en algunas madres puede haber una gran variación del contenido en grasa de la leche inicial y final de la toma, mientras que otras muestran muy poca diferencia entre ambas. Por ésto se destaca la importancia de dejar que sean los niños los que controlen su alimentación, ellos saben lo que necesitan y tomarán el pecho hasta que hayan ingerido la cantidad de calorías que requieran, estimularán las bajadas adecuadas de leche y recibirán más leche final, rica en grasa.
La pregunta común es: ¿Cuánto tiempo tardará? Un niño que está satisfecho y confortablemente lleno se soltará del pecho por sí mismo. Entonces es cuando vemos la maravillosa mirada de «mamado» que aparece cuando la pancita está llena. La madre lo deja disfrutar de ese momento de plenitud, puede sostenerlo vertical esperando el provechito (según acostumbren a hacerlo o no), momento de cambiar el pañal si es necesario, y luego puede necesitar tomar el otro pecho, o no, el segundo pecho se ofrece y el comensal decide!
Sabemos que la leche materna se digiere aproximadamente en unos 40 minutos, entonces el niño va a dar señales de querer tomar el pecho nuevamente. Generalmente hacen entre 8, 10 a 12 tomas en 24 horas, repartidas sin seguir patrones rítmicos, incluso algunos días pueden ser más, según la etapa por la que estén pasando, ya sea por necesidad emocional y/o fisiológica.
Permitiendo que tome el pecho todo el tiempo y las veces que quiera estamos cubriendo sus necesidades.
Algunos niños llegarán a este punto de satisfacción más rápidamente que otros; algunos nunca parecen llegar al punto en el que se soltarían del pecho por sí mismos. A veces ésto puede indicar que el niño no está tomando el pecho de forma eficiente y puede necesitar mejorar la posición de su cuerpo frente al de la madre o el modo en que toma con su boca el pecho.