Las recomendaciones de las autoridades sanitarias mundiales respaldan la lactancia materna exclusiva para todos los bebés durante los primeros seis meses de vida, y continuar la lactancia complementada con otros alimentos hasta dos años o más. Sin embargo, comúnmente se cree que la excepción a esta recomendación es hacia la madre a la que se le ha diagnosticado una infección por VIH, debido al temor de que pueda transmitirle a su hijo el virus a través de la leche.
La investigación actualizada basada en la evidencia concluye que cuando las mujeres VIH positivas reciben un tratamiento antirretroviral (ARV) adecuado, llegan a una carga viral casi indetectable, pudiendo transitar de forma segura un embarazo, dar a luz a sus hijos por vía vaginal y amamantar, logrando mejores resultados de salud con la lactancia materna en comparación con no amamantar.
Cuando se cumplen estas dos condiciones:
1) Las madres siguen meticulosamente su medicación ARV, y
2) El bebé es alimentado durante los primeros seis meses de vida exclusivamente con leche materna, y no recibe ningún otro líquido.
En estos casos el riesgo de transmisión del VIH de madre a hijo a través de la lactancia materna puede reducirse a niveles insignificantes.
La Organización Mundial de la Salud describe estos hallazgos como «transformadores», y deduce que no debería ser necesario desalentar la lactancia materna, dentro del contexto del VIH.
La orientación actual de la Organización Mundial de la Salud sobre el VIH y la alimentación infantil es clara: “la OMS recomienda para la mayoría de las madres en la mayor parte de los países, que cuando la madre VIH-positiva recibe terapia antirretroviral y su carga viral es indetectable, el bebé sea alimentado los primeros seis meses con leche materna exclusiva, sin recibir ningún otro líquido, y continuar la lactancia complementada con otros alimentos hasta dos años o más. Esto mejorará la supervivencia infantil sin VIH, recordando la importancia del monitoreo constante y evaluación de rutina. “
La OMS alienta a las autoridades sanitarias nacionales a que identifiquen cuál es la forma más adecuada de alimentar a los lactantes (lactancia materna con ARV o lactancia artificial) en sus comunidades. Una vez elegida una de estas alternativas, debe convertirse en la única que se fomente como norma asistencial.
Nuestro país cuenta con una normativa nacional respecto a VIH y lactancia que hay que tomar en cuenta: el Ministerio de Salud de la Nación contraindica la lactancia materna en las mujeres con VIH considerándola vía de transmisión del virus.
Destacamos la importancia de las pruebas tempranas de HIV para diagnosticar y tratar oportunamente, para que las mujeres puedan buscar información, permitiéndoles así tomar decisiones sobre su salud y la de su bebé, eligiendo cómo transitar la maternidad y la lactancia.
La información ayudará a estas madres a tomar una decisión informada sobre si la lactancia materna será segura para sus bebés.
Te invitamos a leer la nota «Actualización sobre HIV y lactancia materna» publicado por Liga de La Leche Int’l.
Referencias y artículos relacionados para ampliar información:
– OMS VIH y la alimentación del lactante
– “Nutrición del lactante con madre afectada de VIH” ofrecida por el Dr. José María Paricio Talayero, presidente de APILAM , en el 8º Congreso Argentino de Lactancia Materna (Buenos Aires, 2015)
– Entendiendo la política internacional sobre el VIH y la lactancia materna: un recurso integral (en inglés). Understanding International Policy on HIV and Breastfeeding: a comprehensive resource, WABA June 2018
– Si estas embarazada hacete el test de VIH , Fundación Huésped
Departamento de Enlace Profesional de Liga de La Leche Argentina